Son los tres primeros emperadores de la dinastía Qing pero sólo el tercero fue emperador en China. A Shun Zhi le cupo el privilegio de ser el primero en ocupar el codiciado trono de la Ciudad Prohibida, en Pekín, tras el desesperado suicidio del último emperador de los Ming. Lo hizo a la tierna edad de siete años, bajo la regencia de su tío Dorgon y sin derramamiento de sangre.
La dinastía Qing es originaria de Manchuria, llamada entonces Yurchen, un pueblo nómada estructurado en tribus o clanes autónomos, ubicado al noreste de China. Nurhaci logró unificar los clanes (las ocho banderas) y ser reconocido como líder. Siguiendo el modelo chino fundó una dinastía que entonces denominó Jin 金 , oro, evocando la dinastía china del mismo nombre (siglo XII-XIII) también de origen manchú. Algo le rondaba en la cabeza.
Nurhaci 努爾哈赤 (1559-1626), del clan Gioro, reinó en Yurchen desde 1616 hasta 1626. Se formó como militar a las órdenes de un general chino de los Ming, la dinastía entonces reinante. Allí aprendió la lengua y la cultura del gran imperio. Ya en Yurchen, tras encarnizados enfrentamientos tribales logró la unificación del país siendo reconocido Khan (rey). Su reinado se caracterizó por sus enfrentamientos fronterizos con los Ming en el último de los cuales fue gravemente herido y muerto.
Hung Taiji 皇太極 (1592-1643), el octavo hijo de Nurhaci, le sucedió en el trono y reinó en Yurchen desde 1626 hasta 1643. Agregó nuevas banderas (clanes), algunas de la etnia Han -predominante en China-, expandió su dominio hacia Mongolia, invadió Corea y penetró las fronteras chinas hasta llegar a la gran muralla pero el destino no le reservaba aún asiento en el trono del imperio celeste.
Con la intención de consolidar la nueva identidad nacional llamó a su país Manchuria, limpiándolo así de oscuros precedentes que impregnaban negativamente los anales chinos de la historia del imperio que ahora pretendía conquistar. Igualmente cambió el nombre de la dinastía por el de Qing 清, puro (claro, limpio), cuyo pictograma evoca agua y color azul oponiéndolo a Ming 明, brillante (luminoso), en donde sol y luna reunidos en un mismo pictograma evocan la luz más absoluta.
El yang de los Ming será sucedido por el yin de los Qing; su mensaje, que aludía a la ineludible sucesión cíclica de los acontecimientos, se convirtió en profecía.
Shun Zhi 順治 (1638-1661), noveno hijo de Hung Taiji, reinó desde 1643 hasta 1661 pero a diferencia de sus dos predecesores lo hizo ya desde Pekín; a los pocos meses de ser coronado en Mukden (capital de Manchuria) se sentó en el trono de la Ciudad prohibida. Su reino marcará así el principio de la entronización de la dinastía manchú en China que reinó desde 1644 hasta 1912, fecha en que Puyi (Xuantong), abdicó a favor de la República.
José Antonio Giménez Mas
Dimensiones temporales desusadas para nosotros. Parece que en aquellas tierras el tiempo es otra cosa.
Sí, el tiempo era otra cosa en aquel tiempo. Gracias.
Pingback: El telón de los Qing | cuaderno de oriente