A Lafcadio Hearn, pero sobre todo a Mª Jesús López Beltrán (japanseye), debo este inesperado interés por esta historia, ya conocida, pero en la que nunca antes me había detenido. Sigue leyendo
A Lafcadio Hearn, pero sobre todo a Mª Jesús López Beltrán (japanseye), debo este inesperado interés por esta historia, ya conocida, pero en la que nunca antes me había detenido. Sigue leyendo